El día que mi corazón habló más fuerte que mi jefe
Si llevas más de tres reuniones en un solo día, este post es para ti.
Miércoles, 9:17 a. m. Iba por la tercera llamada de la mañana, café número dos y cero pausas. Mientras mi jefe hablaba de entregables y flujos, mi muñeca vibró suavemente. Miré rápido: “estrés elevado - respira profundamente”. Era mi reloj. Y, honestamente, era la primera vez que alguien en esa sala se preocupaba por cómo me sentía.
En ese momento, hice algo loco: apagué la cámara, me levanté de la silla y caminé cinco minutos alrededor de la casa. Cuando regresé, mi pulso había bajado, mi respiración estaba en ritmo… y mi cabeza estaba más clara que nunca.
No fue magia. Fue tecnología que sí escucha.
Desde hace un mes uso el Reloj inteligente con medidor cardiaco y resistencia al agua (IP97). Lo pedí en Hupe casi por impulso, pensando que iba a usarlo solo para contar pasos. Pero se volvió mi recordatorio silencioso de que mi salud va primero, incluso en días donde todo grita lo contrario.
El reloj me avisa cuando me paso de estrés, cuando tengo que moverme o hidratarme, y hasta me avisa si me paso del tiempo en el celular (ouch). Y lo mejor: no tengo que desconectarme del mundo. Solo reconectarme conmigo.
Un gadget que no necesitas… hasta que lo usas
